lunes, 16 de junio de 2008

Pedro Calderón de la Barca



Su padre, Diego Calderón, era secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda y se casó con Ana María de Henao, de una noble familia alemana. Pedro fue el tercero de los cinco hijos que el matrimonio alcanzó a tener y era, pues, de origen montañes e hidalgo (Viveda, Cantabria). Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid, porque allí estaba la Corte, pero como destacó en los estudios, el padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar una capellanía que estaba reservada por la abuela a alguien de la familia que fuese sacerdote. Con ese propósito pasó al Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid en 1608, situado donde ahora se encuentra el Instituto San Isidro, y allí permaneció hasta 1613 estudiando gramática, latín, griego, y teología; cuando llevaba dos años estudiando en Madrid, falleció su madre, en 1610, y su padre casó en segundas nupcias; eso le unió especialmente a sus hermanos José y Diego frente a su padre. Continuó en la universidad de Alcalá, donde estudió lógica y retórica y en 1615, al fallecer su padre, pasó a la de Salamanca, donde se graduó de bachiller en derecho canónico y civil, sin llegar a ordenarse como hubiera sido deseo del padre. En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de San Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero. Decidió abandonar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego, también en el aspecto familiar, pues el testamento paterno obligaba al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagar gastos. Acaso por esto tuvo que entrar al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625. Es posible que las difíciles relaciones con su padre influyeran en su teatro, donde es frecuente encontrar conflictos edípicos entre padres e hijos. El caso es que entre 1623 y 1625 participó en varias campañas bélicas, según su biógrafo Juan de Vera Tassis; anduvo enredado en un homicidio y en 1625 marchó como soldado al servicio del Condestable de Castilla. Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, fue estrenada en Madrid con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales, en 1623.
Desde 1625, proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático pero, en 1629, el irrumpir con sus hermanos en sagrado persiguiendo a un actor, más concretamente en el Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se encontraba la hija de Lope, le causó la enemistad de Lope de Vega y del famoso orador sacrado gongorino fray Hortensio Félix Paravicino. Calderón correspondió a los ataques de este último burlándose en un pasaje de su comedia El Príncipe Constante, escrita en ese año, al igual que La dama duende, su primer gran éxito. Con estas y otras comedias fue ganándose el aprecio del rey Felipe IV, que empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Coliseo del Palacio del Buen Retiro, para cuya primera función escribió en 1634 El nuevo Palacio del Retiro. Asimismo, eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el aprecio del público en general en la década de los treinta con sus piezas para los corrales de comedias de la Cruz y del Príncipe. En 1635 se le nombró director del Coliseo del Buen Retiro y escribió El mayor encanto, el amor entre otros muchos y muy refinados espectáculos dramáticos, para los cuales contó con la colaboración de hábiles escenógrafos italianos como Cosme Lotti o Baccio del Bianco y expertos músicos para las primeras zarzuelas que se escribieron. En 1636 el Rey le nombra caballero de la Orden de Santiago y su amigo y discípulo Vera Tassis publica la Primera parte de sus comedias; al año siguiente la segunda, hasta las nueve que llegó a imprimir, si bien se conservan tres más impresas por otros editores menos cuidadosos; en 1677 aparecerá además la primera parte de sus autos sacramentales.
Se distinguió como soldado al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638) y en la guerra de secesión de Cataluña (1640). Por entonces se amplía el Palacio del Retiro y se construye un gran estanque de agua en cuya isla central estrenará en 1640 Certamen de amor y celos. Pero, herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. Estrena sus obras más ambiciosas, las que requieren música (zarzuelas) y más escenografía. Calderón es por entonces un discreto pero activo cortesano y llega a convertirse en un personaje respetado e influyente, modelo para una generación entera de nuevos dramaturgos e incluso para talentos tan grandes como los de Agustín Moreto y Francisco Rojas Zorrilla, sus más importantes discípulos.

Monumento a Calderón en Madrid (J. Figueras, 1878).
A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina Isabel de Borbón (entre 1644 y 1645) y el príncipe Baltasar Carlos (entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos moralistas contrarios al teatro, largo lapso de cinco años sin teatro desde 1644, y muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió en una cierta crisis, que coincide con la de España entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.
Sale de esta crisis interior y exterior al reabrirse los teatros en 1649 y al convertirse durante unos años en secretario del Duque de Alba; además, ingresa en la Orden Tercera de San Francisco en 1650 y se ordena sacerdote en 1651. Poco después (1653), obtuvo la capellanía que su padre tanto ansiaba para la familia, la de los Reyes Nuevos de Toledo, y, aunque siguió escribiendo comedias y entremeses, desde entonces dio prioridad a la composición de autos sacramentales, género teatral que perfeccionó y llevó a su plenitud, pues se avenía muy bien con su talento natural amante de las complejidades teológicas. Sigue componiendo espectáculos para los reyes en el Palacio del Buen Retiro y para la fiesta teológica del Corpus, pero se decanta por los temas mitológicos, huyendo así su fantasía de una realidad tan áspera como la que demuestra la firma de la Paz de los Pirineos en 1659. Entonces ya era el dramaturgo más celebrado de la corte y todavía en 1663 el rey siguió distinguiéndole al designarle como su capellán de honor, hecho que le obligó a trasladar definitivamente su residencia a Madrid; la muerte del monarca en 1665 marcó un cierto declive en el ritmo de su producción dramática; se le nombra sin embargo capellán mayor de Carlos II en 1666. Fue alguna vez importunado por los moralistas que veían con malos ojos los espectáculos teatrales y especialmente errado que lo hiciera un sacerdote como él. A ellos les contestó altivamente de esta manera:
O esto es bueno o es malo; si es bueno, no se me obste; y si es malo, no se me mande.
Al final de su vida sufrió algunas estrecheces económicas, pero con motivo del Carnaval de 1680 compondrá su última comedia, Hado y divisa de Leónido y Marfisa; falleció el 25 de mayo de 1681, dejando a medio terminar los autos sacramentales encargados para ese año; su entierro fue austero y poco ostentoso, como deseaba en su testamento: "Descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida". Así dejaba huérfanos los teatros quien fue considerado uno de los mejores escritores dramáticos de su época.

jueves, 12 de junio de 2008

SUELTA MI MANSO

Suelta mi manso, mayoral extraño,pues otro tienes de tu igual decoro;deja la prenda que en el alma adoro,perdida por tu bien y por mi daño.
Ponle su esquila de labrado estañoy no le engañen tus collares de oro;toma en albricias este blanco toroque a las primeras yerbas cumple un año.
Si pides señas, tiene el vellocinopardo, encrespado, y los ojuelos tienecomo durmiendo en regalado sueño.
Si piensas que no soy su dueño, Alcino,suelta y verásle si a mi choza viene,que aun tienen sal las manos de su dueño.

DESMAYARSE,ATREVERSE,ESTAR FURIOSO... LOPE DE VEGA

Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe.


COMENTARIO::

Esta muy bonito el poema este de lope de vega, y lleva toda la razon, que "quien lo probó lo sabe"...

POESIA AMOROSA DE LOPE DE VEGA

Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.

POESIA AMOROSA DE LOPE DE VEGA.

Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, y ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse;
arder como la vela y consumirse, haciendo torres sobre tierna arena; caer de un cielo, y ser demonio en pena, y de serlo jamás arrepentirse;
hablar entre las mudas soledades, pedir prestada sobre fe paciencia, y lo que es temporal llamar eterno;
creer sospechas y negar verdades, es lo que llaman en el mundo ausencia, fuego en el alma, y en la vida infierno.

BIOGRAFIA DE QUEVEDO

Nació en Madrid en el mes de septiembre de 1580. Su padre, hombre culto e inteligente, secretario de la princesa María de Austria, fallecería al poco tiempo. Físicamente sufría una leve cojera por deformación de los pies y su exagerada miopía lo obligaba a llevar anteojos. Estudia, con la alta sociedad de su tiempo, en el colegio Imperial de los jesuitas. Posteriormente ingresa a la universidad de Alcalá de Henares, donde conoce al duque de Osuna. En esta época se imprime su primer soneto, un elogio a Lucas Rodríguez, y aparecen sus primeras obras en prosa. Destaca por su viva inteligencia, aprendiendo diversas lenguas: griego, latín, árabe, hebreo, francés e italiano. Se le considera en su tiempo como el español que más idiomas extranjeros hablaba. En los primeros años del siglo XVII pasa a estudiar a la universidad de Valladolid, coincidiendo con la salida de las prensas de la primera parte de Don Quijote de la Mancha de Cervantes. Pedro Espinosa incluye en su antología "Flores de poetas ilustres" algunos poemas de juventud de Quevedo. Por esa época, el autor satírico que sería después, ha empezado a componer sus primeros escritos jocosos o burlescos. Entre 1603 y 1608 escribe la que sería su obra cumbre "El buscón". En la misma época traduce a Anacreonte y trabaja en dos colecciones de poemas. Su amigo de colegio, el duque de Osuna, es nombrado virrey de Sicilia, y Quevedo parte con él al sur de Italia, como su consejero. A este alto funcionario le dedicará un relato: "El mundo por de dentro". Al caer en desgracia el duque, Quevedo sufre las consecuencias políticas del cambio, siendo encarcelado en Uclés (Cuenca) y más tarde, aquejado de enfermedad grave, es llevado a su finca, la Torre de Juan Abad. Aprovecha para preparar en su confinamiento "Política de Dios y gobierno por Cristo". Restablecida su salud y levantada la condena de privación de libertad vuelve a la actividad política. En 1623 se desplaza a Andalucía en calidad de cronista en la expedición de defensa contra los ingleses. Al morir Felipe III, Felipe IV asciende al trono de España y nombra al conde-duque de Olivares como una de las personas de más confianza de su Consejo. Francisco de Quevedo se apresura a dedicarle a este nuevo e importante funcionario su "Epístola satírica y censoria" con clara intención de ganarse su aprecio y volver a la actividad política bajo su protección. Mientras tanto, vuelve a recluirse, esta vez voluntariamente, en su Torre de Juan Abad y aprovecha para dar a la imprenta textos escritos con anterioridad. En 1631 publica algunas de las obras burlescas de su juventud, bajo el título de "Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio". Escribe un libelo satírico titulado "El chitón de las tarabillas" (en el que defiende la desastrosa política monetaria del conde-duque de Olivares), que le hace ganar el aprecio de Felipe IV que le nombra su secretario. Coincidiendo con la grave crisis económica que desencadenó la política del conde-duque, cae en desgracia por segunda vez, debido a las intrigas de la Corte y en 1639 es detenido y encarcelado nuevamente, esta vez en el convento de San Marcos de León, donde pasa mil penurias durante cuatro años. Dentro de su obra satírica se encuentran "La culta latiniparla", "Epístola del caballero de la tenaza" y "Los sueños". Estos últimos comprenden los siguientes relatos: "El sueño de las calaveras", "El alguacil alguacilado", "Las zahurdas de Plutón", "El mundo por de dentro", "Visita de los chistes" y "La hora de todos y la Fortuna con seso". Su contemporáneo Cervantes, nos legó una obra que, al crecer en prestigio y fama, ensombreció la persona del autor; en cambio con Quevedo ocurre exactamente lo contrario: su fuerte personalidad hizo que su obra se viera desdibujada, ante su propia leyenda. Quevedo ha sido uno de los grandes genios de la literatura en habla castellana, Borges lo compara con Mallarmé y Joyce. Su capacidad para valerse del lenguaje es difícilmente superable. La primera biografía que se escribe sobre Francisco de Quevedo es la de Pablo Antonio de Tarsia, en 1663, donde ya se resalta el carácter satírico de gran parte de su obra. Al decir de J.M. Blecua, su vida osciló entre una visión sarcástica o burlesca de la realidad, y una visión muy estoica y senequista de la existencia. Fue capaz de cultivar una poesía popular, a ratos chocarrera y tabernaria, satírica y burlesca, al mismo tiempo que escribía una poesía llena de belleza formal, o prosa culta y metafísica. Buena muestra de este segundo aspecto de su obra, serían "La cuna y la sepultura", "La política de Dios" y muchos sonetos profundos y trascendentes. Quevedo es el máximo representante de la corriente "conceptista", frente al "culteranismo" de Góngora, que no se libró de algún poema satírico. Pero lo que es verdaderamente interesante en Quevedo es su lenguaje casi moderno, utilizando vocablos, a diferencia de Cervantes, que no se han quedado obsoletos, que se continúan utilizando con toda su fuerza expresiva. Su lectura, por tanto, se hace fácil, y su estilo sorprendente por lo actual. Valgan algunos ejemplos que hoy pueden ser oídos en cualquier patio de colegio, bar o parada de autobús: "mojones" ("el culo hace mojones"), "pendejos" ("población de pendejos"), "gorreros" ("gorreros, hospedándose más de lo que fuere razón en casa de los amigos"), "a escote" ("niño/ que concebistes a escote/ entre más de veinte y cinco") y otros muchos que podríamos seguir citando. Igualmente se encuentran en su prosa vocablos que se mantienen en determinadas zonas de Andalucía y América, perfectamente actualizados, como "cabe" por zancadilla, "coima" por soborno, etc. Quevedo era un hombre desengañado de muchas cosas, entre otras de las mujeres, a las que deseaba alegres, pero a ser posible "sordas y tartamudas". Muchas veces se refiere a ellas de forma despectiva y a juzgar por su temática, más que frecuentar círculos familiares, conoció los ambientes prostibularios y marginales de su época, a los que llegaba atraído por el sexo pero dominado por su misoginia. Fallece en Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) en 1645.

GONGORA


Poeta cumbre de la poesía castellana. Nació y murió en Córdoba Durantes su juventud fue alegre, libertino e, incluso, pendenciero. Para los veinte años ya debiera estar ordenado de sacerdote, pero, a causa de su vida licenciosa, no llegó a ser sacerdote hasta los cincuenta años. Fue capellán, en Madrid, de Felipe III

Viajó mucho por toda España: Madrid, Salamanca, Granada, Cuenca, Toledo. Asistió a muchas tertulias y academias literarias. De carácter arisco, criticó a muchos poetas de su tiempo y, a su vez, fue criticado por ellos. Murió de apoplejía a los 65 años, aunque años antes ya había perdido la memoria.

En su poesía se distinguen claramente dos períodos: el tradicional, en que hace uso de los metros cortos y temas ligeros. Para ello usa canciones, tercetos, décimas, romances, letrillas, etc. Este período va hasta el año 1610, en que cambia rotundamente para volverse culterano, haciendo uso de metáforas difíciles, empleando mucha mitología griega, utilizando para ello muchos neologismos, hiperbatones, etc. haciendo, a veces, muy difícil su lectura.

LOPE DE VEGA

Félix Lope de Vega y Carpio (Madrid, 25 de noviembre de 1562 – Madrid, 27 de agosto de 1635) es uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los más prolíficos autores de la literatura universal.
El llamado Fénix de los ingenios y Monstruo de la Naturaleza (por
Miguel de Cervantes), renovó las fórmulas del teatro español en un momento en que el teatro comienza a ser un fenómeno cultural y de masas. Máximo exponente, junto a Tirso de Molina y Calderón de la Barca, del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las más altas cotas alcanzadas en la literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de unas cuantas novelas.
Se le atribuyen unos 3.000
sonetos, 3 novelas, 4 novelas cortas, 9 epopeyas, 3 poemas didácticos, y varios centenares de comedias (1.800 según Juan Pérez de Montalbán). Amigo de Quevedo y de Juan Ruiz de Alarcón, enemistado con Góngora y envidiado por Cervantes, su vida fue tan extremada como su obra.

...La fundamentación del racionalismo...


El pensamiento racionalista tuvo en el siglo XVII algunas de sus figuras más destacadas: Descartes, Leibniz , Spinoza... Todos ellos relegaron la posibilidad de un saber revelado y defendieron que la razón es la principal fuente de conocimiento humano. De este modo sentaron las bases del racionalismo. Quienes más influyeron en el pensamiento posterior fueron el físico italiano Galileo Galilei y el matemático francés René Descartes.
Galileo Galilei fue uno de los fundadores del método experimental. A partir de sus observaciones, enunció las leyes de caída de los cuerpos y refrendó la teoría heliocéntrica de Copérnico. Debido a sus conclusiones, Galileo fue sometido a un humillante proceso inquisitorial, en el que se le obligó a abjurar de sus argumentos sobre el desplazamiento de la Tierra alrededor del Sol.


René Descartes fundamentó el racionalismo filosófico y científico. Partiendo de la crítica de los sentidos como forma de conocimiento ha de fundamentarse en la intuición de principios incuestionables; desde ese momento, la razón elabora construcciones cada vez más abstractas, siguiendo un método deductivo.
En España, la influencia del racionalismo apenas se dejó sentir. En su lugar, se registra una actitud de escepticismo hacia la naturaleza humana, escepticismo que conduce a una visión pesimista del mundo radicalmente opuesta al optimismo renacentista. Un buen ejemplo de esta actitud lo encontramos en Baltasar Gracián, para quien las únicas armas de que se dispone para combatir el estado de crisis y ruina de la sociedad son el individualismo y la desconfianza hacia los demás.

lunes, 9 de junio de 2008

ARTE BARROCO (PINTURA)





REMBRANT




















RUBENS


















































CARAVAGGIO




























































































































ZURBARÁN



















































































































































































































































































VALDÉS LEAL
















































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































VELÁZQUEZ






























































































































































































































































































































































































































































































































































































MURILLO

ARTE BARROCO (ARQUITECTURA)



PEDRO RIBERA

CHURRIGUERA
BERNINI

ARTE BARROCO (ESCULTURA)

PEDRO DE MENA
SALZILLO











BERNINI

lunes, 2 de junio de 2008

eJeRcICiOsS

EL QUIJOTE


Resumen del Quijote...


Por el camino Don Quijote y Sancho se encuentran con unos molinos de viento y Don Quijote creyéndose que son gigantes se dispone a atacarlos con su lanza. Sancho le dice que no son mas que molinos, pero Don Quijote se empeña en atacarlos ya que él piensa que son gigantes malvados, como consecuencia Don Quijote tropieza con su lanza y se cae al suele acabando así el problema de los molinos, o gigantes como seguía afirmando Don Quijote. Por el camino Don Quijote recuerda que una vez leyó como un caballero repuso su lanza con un tronco y así lo hizo Don Quijote.
Al día siguiente cuando se disponían a ir a Puerto Lápice en busca de aventuras vieron a dos monjes, vestidos con sus hábitos negros y a una mujer que iba detrás de ellos, se supone que iban todos en la misma dirección. Don Quijote se penso que estos hombres tenían secuestrada a la señora que iba detrás de ellos, y decidió atacar a los pobres monjes. Sancho le aviso que no eran mas que dos frailes pero Don Quijote no le hizo caso y ataco a los frailes. Los dos frailes salieron corriendo con la mala fortuna de que uno de ellos se calló al suelo, Sancho amablemente intento ayudar al fraile que se había caído pero dos mozos arremeten contra él y le dejan inconsciente. Don Quijote a su vez fue a presentarle sus respetos a la señora, pero el escudero de ella arremetió contra Don Quijote dejándole herido de un hombro.


eJeRcIcIoS...

PALACIO DE CARLOS V



El Palacio de Carlos V en Granada fue edificado sobre un barrio cristiano, añadido tardío del recinto nazarí. Durante su viaje de bodas a Granada con la Emperatriz Isabel, en 1526, el Emperador visitó la Alhambra y quedó prendado de la belleza de los palacios musulmanes. En consecuencia, pensó en ampliarlos y hacerlos adecuados a las necesidades de una Corte moderna. Carlos V encargó el diseño del Palacio a un hombre de su confianza, el marqués de Mondéjar, gobernador de la Alhambra. Amante del nuevo arte renacentista, el Marqués contrató para las obras al arquitecto Pedro Machuca, quien había trabajado en Italia, y a quien le seguirán en la dirección su hijo Luis y, posteriormente, Juan de Orea. El Palacio se proyectó con dos plazas porticadas, en las fachadas de Poniente y Sur, que nunca fueron realizadas. Hombre muy devoto, el Emperador pidió personalmente que su Palacio albergara una Capilla, "para dezir y oir missa". Pero la pieza más deslumbrante del Palacio es su gran patio interior. Sobrio, sencillo, austero... dos pisos adintelados marcan un espacio interior circular de treinta metros de luz y cuarenta y dos de diámetro. Se trata de un escenario ideal para representar la solemnidad de la corte y simbolizar el dominio universal de Carlos V. El desinterés del Emperador en la obra hizo que los trabajos se dilatasen en el tiempo. Además, la rebelión y posterior expulsión de los moriscos del reino de Granada, que eran quienes debían financiar las obras, impidió que el proyecto inicial llegase a ser completado en su totalidad. Nunca acabado y jamás utilizado por Carlos V, el Palacio hubo de esperar al año 1960 para que la capilla y las galerías del patio fueran por fin cubiertas.